La NASA ha enviado muchas misiones espaciales a lo largo de su historia, pero dos de las más exitosas y duraderas son las sondas Voyager 1 y 2. Ambas fueron lanzadas en 1977 para explorar los planetas exteriores del sistema solar, y después de décadas en el espacio, todavía estás enviando datos valiosos sobre el universo.
¿Dónde están ahora estas sondas? Pues bien, ambas están actualmente en la heliosfera, la región del espacio donde el viento solar y el campo magnético del Sol tienen una influencia dominante. Es una región vasta y muy difícil de estudiar debido a la enorme cantidad de radiación y partículas cósmicas que se encuentran allí.
Voyager 1 ha salido oficialmente del sistema solar y ha entrado en un espacio interestelar, donde ya no está bajo la influencia directa del Sol. Esto lo convierte en el objeto humano más lejano en el espacio, a unos 22 millones de kilómetros de distancia de la Tierra.
Voyager 2, por otro lado, todavía está dentro de la heliosfera, pero se espera que salga pronto. Los científicos esperan que esta sonda también entre en el espacio interestelar en algún momento del futuro cercano.
Ambas sondas han superado con creces su vida útil prevista y se han convertido en verdaderos iconos científicos. Han llevado a cabo muchos descubrimientos sobre nuestro sistema solar y han revolucionado nuestra comprensión del universo en el que vivimos. Es emocionante pensar en lo que pueden descubrir en su futuro lejano y desconocido, y en lo que pueden decirnos sobre la naturaleza del universo en general.
El Voyager 1 es una sonda espacial lanzada en 1977 por la NASA. Su objetivo era explorar el sistema solar y estudiar las características de los planetas gigantes como Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.
Después de cumplir con su tarea, esta sonda inició su viaje hacia los límites del sistema solar, y en el año 2012 se convirtió en el primer objeto hecho por el hombre en salir de la heliosfera, la región controlada por el sol. Desde entonces, el Voyager 1 ha continuado su misión de exploración del espacio profundo.
Actualmente, el Voyager 1 se encuentra a una distancia aproximada de 22.8 mil millones de kilómetros de la Tierra. Para tener una idea de su lejanía, se puede decir que está más allá de la influencia gravitatoria del sol y que sus señales tardan unas 20 horas en llegar a nuestro planeta.
Se espera que el Voyager 1 siga funcionando hasta el año 2025, momento en que se estima que agotará su fuente de energía. A pesar de ello, esta sonda seguirá avanzando hacia el espacio interestelar y transmitiendo valiosos datos e imágenes del universo.
Las Voyager 1 y 2 son dos naves espaciales no tripuladas que fueron lanzadas por la NASA en 1977 con el fin de explorar los planetas exteriores del sistema solar. Actualmente, ambas naves están muy lejos del sistema solar y continúan explorando el espacio interestelar.
La Voyager 1 ha sido el objeto creado por el ser humano que más lejos ha llegado en el espacio: se encuentra a más de 22 mil millones de kilómetros de la Tierra, saliendo del sistema solar y entrando en el espacio interestelar. Por otro lado, la Voyager 2 también ha superado la heliopausa, es decir, el límite del viento solar que emana del Sol.
Ambas naves cuentan con instrumentos para recopilar datos y enviarlos a la Tierra, lo que ha permitido a los científicos realizar nuevos descubrimientos sobre el espacio interestelar y los límites del sistema solar. A pesar de que ya han pasado más de 40 años desde su lanzamiento, se espera que las Voyager sigan funcionando hasta el año 2025, gracias a la energía que proporcionan sus generadores termoeléctricos de radioisótopos.
La Voyager 1 es una sonda espacial lanzada por la NASA en 1977 para explorar los confines del sistema solar. Desde entonces, ha recorrido miles de millones de kilómetros y se ha convertido en el objeto humano más lejano en el espacio.
En 2023, la Voyager 1 estará en el borde del sistema solar, a más de 14 mil millones de kilómetros de distancia del Sol. Desde su lanzamiento, la sonda ha viajado a través del cinturón de asteroides y ha pasado por gigantes gaseosos como Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.
A pesar de estar tan lejos, la Voyager 1 sigue enviando información valiosa sobre el espacio interestelar, como la medición de la densidad de protones y electrones en el espacio y la detección de la onda de choque donde el viento solar interactúa con el medio interestelar.
A medida que la Voyager 1 continúa su viaje interestelar, seguirá siendo una fuente de información valiosa para los científicos interesados en el espacio profundo. Aunque la sonda no tiene una misión activa en este momento, su tecnología sigue siendo relevante y ha sido clave para el éxito de otras misiones espaciales.
La nave Voyager 2 es una de las misiones más exitosas en la historia de la exploración espacial. Lanzada al espacio en 1977, su objetivo era explorar los planetas exteriores del sistema solar.
Después de 4 años de recorrido, en 1981, la Voyager 2 sobrevoló Saturno y descubrió muchas cosas nuevas sobre este gigante gaseoso. Luego, continuó su camino hacia Urano y Neptuno, planetas que en ese momento eran todavía muy desconocidos para los científicos de la NASA.
En 1989, la Voyager 2 llegó a Neptuno y fue la primera nave en hacerlo. Allí, descubrió varias lunas nuevas y una gran mancha oscura en la atmósfera del planeta. Después del sobrevuelo de Neptuno, la nave se alejó del sistema solar y comenzó a explorar el espacio interestelar.
En la actualidad, la Voyager 2 se encuentra a más de 18 mil millones de kilómetros de la Tierra y sigue enviando datos sobre el espacio interestelar. En agosto de 2020, la nave sufrió un problema técnico, pero los ingenieros de la NASA pudieron solucionarlo y la misión continúa.
La nave Voyager 2 ha proporcionado información valiosa sobre nuestro sistema solar y ha superado todas las expectativas de los científicos. Sin duda, seguirá siendo una inspiración para futuras misiones espaciales.