La Conferencia de Potsdam fue una reunión celebrada en julio de 1945 entre los líderes de las potencias aliadas -Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Soviética- al finalizar la Segunda Guerra Mundial. Durante esta conferencia, se tomaron decisiones cruciales para determinar el destino de Europa y del mundo en general.
Uno de los acuerdos principales alcanzados en Potsdam fue la división de Alemania en cuatro zonas de ocupación, siendo controlada cada una por una de las potencias vencedoras. Estas zonas correspondían a Estados Unidos, Reino Unido, Francia y la Unión Soviética. Además, se decidió que Berlín, la capital de Alemania, también sería dividida en cuatro sectores, a pesar de encontrarse en la zona soviética.
Asimismo, en la Conferencia de Potsdam se establecieron los términos de rendición de Japón. Los líderes acordaron que Japón debería someterse a una ocupación militar aliada y que el país sería desmilitarizado por completo. Además, se hizo hincapié en la necesidad de llevar a cabo un proceso de desnazificación y desmilitarización en Alemania, para evitar futuras amenazas y promover la democratización del país.
Otro punto importante de los acuerdos fue el reconocimiento de la nueva frontera oriental de Polonia, que se desplazaba hacia el oeste. Esto implicó la expulsión de millones de personas de sus hogares y el reasentamiento de polacos que habían sido desplazados durante la guerra.
Finalmente, en los Acuerdos de Potsdam se estableció la necesidad de juzgar a los líderes nazis por sus crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. Se acordó llevar a cabo juicios en Núremberg para responsabilizar a los principales culpables de los horrores cometidos durante el Holocausto y la guerra en general.
En resumen, la Conferencia de Potsdam fue un hito histórico en el que se tomaron decisiones clave para la reorganización de Alemania y Japón, así como para el establecimiento de un sistema de justicia internacional que permitiera juzgar a los responsables de los crímenes de guerra. Estos acuerdos sentaron las bases para la reconstrucción de Europa y el inicio de la Guerra Fría entre las potencias aliadas.