La célebre frase del zorro en "El Principito", "sólo se ve bien con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos", es una de las más memorables y atesoradas de toda la literatura. En ella, el zorro expresa una idea fundamental sobre la verdadera naturaleza de la relación entre el príncipe y él mismo, que tiene un significado profundo e intemporal que ha resonado con los lectores de generación en generación.
La frase del zorro es una reflexión sobre la importancia de ver más allá del mundo superficial y material en el que vivimos y conectar con algo más profundo, es decir, con lo que realmente importa en la vida. El zorro dice que las cosas verdaderamente importantes en la vida, como el amor, la amistad y el compromiso, no se pueden medir por su apariencia física o por su valor material. En cambio, estas cosas son "esenciales" y sólo se pueden capturar con el corazón, no con los ojos.
El zorro también habla sobre la necesidad de desarrollar lazos auténticos entre las personas, basados en la confianza, el compromiso y la verdadera amistad. Para él, ser "domesticado" no es simplemente ser educado y entrenado para obedecer órdenes; es un proceso por el cual dos seres se conectan profunda y emocionalmente, creando un vínculo especial que se convierte en algo verdaderamente "esencial". El zorro dice que este tipo de conexión nunca se logra de la noche a la mañana, sino que requiere tiempo, paciencia y esfuerzo.
En última instancia, la frase del zorro es una reflexión sobre la naturaleza humana y el poder de las relaciones auténticas y verdaderas en nuestras vidas. En un mundo dominado por el materialismo, el individualismo y la competencia desenfrenada, esta idea se convierte en una llamada a reconectar con nuestra verdadera esencia como seres humanos y a encontrar la felicidad en la conexión con los demás.
En el hermoso planeta del Pequeño Príncipe, un día se encontró con un zorro que le pidió su amistad.
El Principito se sorprendió al principio porque no sabía nada sobre hacer amigos. No obstante, el zorro le explicó lo que significaba ser amigos.
Le dijo que necesitaban domesticarse el uno al otro. "Lo esencial es invisible a los ojos", le dijo el zorro al Principito.
El zorro pidió al Principito que lo visitara todos los días para que pudiera acostumbrarse a su presencia. Además, le enseñó a buscar el verdadero significado de la amistad, sugiriéndole que observara detenidamente los campos de trigo.
"Si deseas construir una relación conmigo, debes tener una rutina", le dijo el zorro. "No es necesario que vengas a la misma hora, pero si vienes a alguna hora, comenzaré a ser feliz desde las tres de la tarde."
El zorro le pidió un favor al Principito al final. Le suplicó que lo domesticara por completo: "Así, no nos pareceremos a los demás. Serás mi amigo y yo seré tu amigo. Serás único en el mundo para mí, y yo seré único en el mundo para ti."
De repente, el Principito sintió que algo cambió dentro de él. Se dio cuenta de que le gustaba el zorro y de que el zorro le gustaba a él también. Se había domesticado mutuamente.
En el capítulo XXI de "El Principito", el zorro le da una importante lección al Principito. Después de haber sido domesticado por el pequeño, el zorro le pide que lo despida para que ambos puedan llevar consigo la sensación de haberse hecho más importantes en la vida del otro.
Es entonces cuando el zorro pronuncia una de las frases más conocidas del libro: "Adiós", dijo el zorro. "He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: solo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible a los ojos."
Con esta frase, el zorro le enseña al Principito que para conocer a alguien verdaderamente, no es suficiente con observar su aspecto físico y superficial. Es necesario adentrarse más allá de eso, entregarse con el corazón para descubrir el verdadero ser.
El zorro también le comenta al Principito que a partir de ese momento, será distinto para él, porque lo ha domesticado. "Para mí, no eres más que un niño semejante a otros cien mil niños. Y no te necesito. Y tú no me necesitas. No soy para ti más que un zorro semejante a otros cien mil zorros. Pero si me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Serás para mí único en el mundo. Yo seré para ti único en el mundo."
Finalmente, el zorro le pide al Principito que lo recuerde siempre y que lo lleve en su corazón. "Adiós", dijo el zorro. "Siempre tendrás mi cariño. Eres responsable de lo que has domesticado."
Con estas palabras, el zorro se despide del Principito, dejándole una gran enseñanza sobre la importancia del amor y la conexión verdadera entre dos seres.
En la obra "El Principito", el zorro le revela al protagonista un gran secreto acerca de las relaciones humanas y cómo éstas se pueden establecer de una manera especial. El zorro le dice al Principito que si desea tener una relación duradera y significativa con alguien, necesita "domesticar" a esa persona.
Para el zorro, "domesticar" no significa someter o controlar a alguien, sino más bien crear un vínculo especial de confianza y afecto. El zorro le explica que al "domesticar" a alguien, se establece una conexión única basada en el tiempo y el esfuerzo invertidos. Esto significa que la persona se vuelve única y especial para ti, y tú te vuelves igualmente especial para ella.
El zorro le enseña al Principito que "domesticar" a alguien requiere paciencia y dedicación. Es importante tomar el tiempo necesario para conocer a la persona y sus intereses, para crear una base sólida sobre la cual construir la relación. Una vez que se establece este vínculo, se vuelve inquebrantable y duradero.
El zorro también le recuerda al Principito que es importante mantener esa conexión especial a través del esfuerzo contínuo y la dedicación. La domesticación no es un proceso rápido o fácil, pero la recompensa de tener una relación especial y significativa vale la pena.
En conclusión, la sabiduría de la domesticación que el zorro comparte con el Principito en "El Principito" nos recuerda la importancia de las relaciones humanas basadas en el amor y la confianza mutua. Al dedicar tiempo y esfuerzo para conocer a alguien, podemos construir conexiones duraderas e importantes que nos enriquecen y hacen que la vida valga la pena.