La historia del descubrimiento del primer planeta del sistema solar está llena de interesantes detalles y curiosidades que merece la pena conocer. Fue en el año 1610 cuando Galileo Galilei apuntó por primera vez su telescopio hacia el cielo nocturno, descubriendo unos cuerpos celestes que no habían sido observados hasta entonces.
Entre estos cuerpos se encontraba lo que posteriormente se identificaría como Júpiter, el gigante gaseoso que se sitúa en la quinta posición en orden de distancia respecto al sol. El nombre que le dio Galileo, Medicea Sidus, hacía referencia al nombre de su benefactor, el Gran Duque de Toscana, y se mantuvo durante varios siglos antes de adoptar el nombre definitivo.
El descubrimiento de Júpiter supuso una auténtica revolución en la astronomía, ya que hasta entonces se creía que los astros orbitaban alrededor de la Tierra. La observación de un planeta con satélites propios demostraba que las leyes del universo eran mucho más complejas de lo que se pensaba, abriendo la puerta a nuevas investigaciones y descubrimientos sobre el universo.
Hoy en día, conocemos mucha más información sobre Júpiter, gracias a las misiones espaciales que han sido enviadas para estudiarlo de cerca. Sabemos que es el planeta más grande del sistema solar, con una masa aproximada de 318 veces la de la Tierra, y que cuenta con una gran cantidad de satélites, entre los que destacan los cuatro más grandes: Ío, Europa, Ganímedes y Calisto.