La Vía Láctea es una de las galaxias más estudiadas en la astronomía. Actualmente, se sabe que se formó hace aproximadamente 13.200 millones de años en el proceso del Big Bang. Sin embargo, ¿cómo se originó la Vía Láctea en sí misma?
La teoría más aceptada es la de la formación jerárquica. Según esta, la galaxia se formó a partir de pequeñas nubes de gas y polvo que colisionaron y se unieron para formar estructuras cada vez más grandes. En última instancia, estas estructuras se unieron para formar la Vía Láctea, que continuó creciendo gracias a la atracción gravitatoria que ejercía sobre la materia circundante.
Otra teoría, denominada teoría del colapso monolítico, sugiere que la Vía Láctea se originó a partir de una sola masa de gas y polvo que colapsó sobre sí misma y se contrajo para formar una pequeña protogalaxia. A medida que la protogalaxia se enfrió y se condensó, la materia se organizó en forma de discos y nubes de estrellas que finalmente se fusionaron para formar la galaxia tal como la conocemos hoy en día.
Un tercer enfoque se conoce como formación de galaxias a través de la fractura. Según esta teoría, la Vía Láctea se formó a partir de una nube de gas primordial que se dividió en pequeñas piezas debido a la expansión del universo. Estas pequeñas piezas finalmente se condensaron y se fusionaron para formar la galaxia completa.
En resumen, la formación de la Vía Láctea es un proceso complejo que se ha estudiado y debatido desde hace mucho tiempo. Aunque hay varias teorías diferentes sobre cómo se originó nuestra galaxia, la teoría de la formación jerárquica es actualmente la más aceptada por la comunidad científica.