Una constelación es un grupo de estrellas que toma una forma imaginaria en el cielo nocturno. Son usualmente denominadas en honor a caracteres mitológicos, personas, animales y objetos. Aparte de los nombres propios tradicionales (de origen griego, latín o árabe, normalmente), las estrellas de las constelaciones reciben un nombre formado por una letra griega en minúscula, empezando por α, y siguiendo con el alfabeto griego por orden decreciente de su magnitud aparente, seguida de la abreviatura o, indistintamente, del genitivo latino del nombre de la constelación; si se acaban las letras griegas, se sigue con las latinas; esta es la llamada nomenclatura de Bayer. Las estrellas de menor magnitud reciben un nombre formado por un número seguido de la abreviatura o del genitivo correspondientes; esta es la nomenclatura de Flamsteed. También pueden recibir otros nombres a partir de los diversos catálogos que se han ido compilando, de modo que una misma estrella puede recibir muchas denominaciones.
En diferentes partes del mundo, la gente ha inventado diferentes formas para los mismos grupos de estrellas brillantes. En el pasado, la creación de imágenes imaginarias de las estrellas fue útil para la navegación en la noche y para seguir el curso de las estaciones. Las constelaciones sirven únicamente para ayudar a memorizar la posición de las estrellas, los que se encuentran a diferentes distancias de nosotros. Los nombres nos vienen de los griegos, romanos y los árabes. Otras civilizaciones, han agrupado las estrellas formando diferentes constelaciones.
En total, hay 88 agrupaciones de estrellas que aparecen en la esfera celeste y que toman su nombre de figuras religiosas o mitológicas, animales u objetos. Los dibujos de constelaciones más antiguos que se conocen señalan que las constelaciones ya habían sido establecidas el 4000 aC. Los sumerios le dieron el nombre a la constelación Acuario, en honor a su dios An, que derrama el agua de la inmortalidad sobre la Tierra. Los babilonios ya habían dividido el zodíaco en 12 signos iguales hacia el 450 a.
Las actuales constelaciones del hemisferio norte se diferencian poco de las que conocían los antiguos egipcios. Homero y Hesíodo mencionaron las constelaciones y el poeta griego Arato de Soli, dio una descripción en verso de 44 constelaciones en su Phaenomena. Ptolomeo, astrónomo y matemático griego, describió 48 constelaciones, de las cuales, 47 se siguen conociendo por el mismo nombre. Muchas otras culturas agruparon las estrellas en constelaciones, aunque no siempre se corresponden con las de Occidente. Sin embargo, algunas constelaciones chinas parecen a las occidentales.
A finales del siglo XVI, los primeros exploradores europeos de los mares del Sur trazaron mapas del hemisferio austral. El navegante holandés Pieter Dirckz Keyser, que participó en la exploración de las Indias orientales en 1595, añadió nuevas constelaciones. Más tarde fueron añadidas otras constelaciones del hemisferio sur por el astrónomo alemán Johann Bayer, que publicó el primer atlas celeste extenso. Muchos otros propusieron nuevas constelaciones, pero los astrónomos acordaron finalmente una lista de 88. Para designar las 1.300 estrellas brillantes, se utiliza el genitivo del nombre latino de las constelaciones, precedido por una letra griega. Por ejemplo, en la famosa estrella Algol, en la constelación Perseo, se llama Beta Persei.
Entre las constelaciones más conocidas se encuentran las que se encuentran en el plano de la órbita de la Tierra. Son las constelaciones del Zodíaco. Además de éstas, hay otras conocidas como la Osa Mayor, visible desde el hemisferio Norte. La mayor constelación de la esfera celeste es la de Hidra, que contiene 68 estrellas visibles a simple vista. La Cruz del Sur, por su parte, es la constelación más pequeña.